miércoles, 2 de enero de 2008

4. Primero de mayo de 1981

Ahora cuando estoy solo, me siento triste y muy agitado
(presentía que iba a ser así y que sería inevitable).
Como decía don Miguel Hernández:
«Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato»
Aunque... prefiero decirlo con mis propias palabras:

Tengo frío, ¿entiendes?
tengo sed de alguien
y ganas de llorar.
Las paredes de mi cuerpo
se me caen a pedazos
y no bastan las palabras
para ocultar siquiera
las grietas que van quedando.

No bastan las palabras...
Pero el silencio no tiene sentido
si alguien puede arrimarse
a recoger mis escombros
para llenar con ellos
los baches de las calles...
Así podría al menos
estremecerme con los pasos
de cada caminante,
uno y otro cada instante,
sin ahogarme en esta angustia
tiritando de frío
y sediento de alguien.

Hay miradas nuestras que son como golpes al vacío
hablando un lenguaje que no entiende nadie.
Los gestos de la gente nos van diciendo
que no hay salida posible,
que el único refugio es la soledad,
yo aquí...
tú allá...
Un muro de silencio
de por medio,
erigido en nombre de la cordura
y la intimidad...

¡Bah!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso
Nunca imagine que palabras tan bellas tuvieran la capacidad de expresar sentimientos de dolor, angustia y desesperacion, ahora lo se.