Mira Mireya
las cuentas que hago:
Cinco dedos sucios
con las uñas sin cortar;
cinco sillas y un estrado
donde se sienta un jurado
convencido de poder juzgar.
El gordito es secretario
y se sienta en el pulgar.
Recuérdalo bien:
son cinco largos dedos sucios
con las uñas sin cortar.
El fiscal va en el índice
y el abogado de la defensa
—como anillo al dedo—
se situó en el anular.
Entre ambos me harán pistola
con el juez en la mitad.
Y en el dedo pequeñito,
que por rara coincidencia
se torció en un accidente,
va el jurado de conciencia...
...¡qué tal,
la conciencia que me va a juzgar!
miércoles, 2 de enero de 2008
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2 comentarios:
Poema lindo!!! tierno, sensible que me transporto a mi infancia cuando mi abuela nos recitaba poemas. Es un poema creativo y muy pedagogico. Para mi el mejor!!!!
DESDE EL TÍTULO HASTA EL FINAL,
TODO UN POEMA
UN CLÁSICO..
EN MI JUVENTUD, EN ESA UIS REVOLUCIONARIA,LO DECÍAMOS EN CORO EN LAS MANIFESTACIONES, ME LO APRENDÍ DE MEMORIA, SIEMPRE QUISE CONOCER A ESE LOCO GENIAL QUE HABÍA ESCRITO,ESTO,ESTE, ESE CONSEJO VERBAL DE GUERRA.
Y AÚN SEGUIMOS.
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